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De golpe vino una idea clara a mi mente. Tenía que empezar ahora y como fuera que pudiera hacerlo ahora mismo. Basta de posponer por tiempo ilimitado el comienzo del blog.
Si voy a esperar a que me salga todo perfecto y como me gustaría que fuera… efectivamente podría tardar otros 9 años en intentar iniciar este camino.
Espero ir mejorando con la práctica, pero en mi mente no puedo evitar compararme con los blogs que he estado siguiendo durante años y tienen muchísima experiencia haciendo lo que ahora quiero hacer.
La diferencia que hay entre lo que imagino será una foto y lo que obtengo es muchísima. Y aunque se que puedo cocinar, creo que es muy importante poder transmitirlo y en este medio tan visual como es internet, las fotos son muy importantes.
Sólo haré mejores fotos si voy practicando cada semana.
Sólo lograré escribir textos inspiradores si vuelco mis pensamientos por escrito y mejoro mi estilo.
Todo esto no saldrá bien a la primera.
Ni a la segunda.
Será un proceso. Probablemente un proceso largo y tampoco sé si llegaré alguna vez a lograr el nivel de excelencia que me autoimpongo. Pero siento un verdadero subidón de adrenalina que hace que no pueda pensar en otra cosa, es como si me estuviera por tirar a la piscina!
Espero disfrutar del proceso y no haber idealizado demasiado lo que significa escribir un blog. Se que será un desafío intenso para mi creatividad e imaginación. Ya lo estoy experimentando.
Trato de que mi aproximación a la cocina sea equilibrada. Con tantas nuevas tendencias en alimentación y diferentes tipos de dietas que se siguen debido a motivos de salud encuentro un tanto complicado llegar a un equilibrio, pero es lo que intento en el día a día. Me gusta probar alternativas más saludables y tratar de reducir las cantidades de azúcar a lo máximo posible, siempre que la receta lo permita.
Buscar alternativas muchas veces es todo un desafío ya que no siempre los resultados terminan siendo los esperados. Sólo hay que adecuar las expectativas…Y seguir probando. Finalmente lo que es más importante para mí es tener el control sobre lo que comemos en casa. Saber qué es lo que lleva lo que comemos y, si elegimos comer chocolate, que sea verdadero y de la mejor calidad que nos podamos permitir y, no algo “con sabor a chocolate” y lleno de grasas no saludables, por ejemplo.
Sé que compartiendo mis experiencias puedo aportar mi manera de ver y vivir la cocina y creo que puedo ayudar a la gente a animarse a cocinar en casa, a hacer pan casero y probar cosas diferentes. Con ingredientes que ya tenemos en la cocina se pueden hacer cosas increíbles para ofrecerle a nuestra familia y amigos. Y lo mejor de todo: sabemos lo que lleva y cuando y como se ha preparado.
Con poder inspirar a alguien a cocinar alguna de estas recetas todo este proceso de aprendizaje habrá valido la pena.